Arrugas


Carta a mis dos mejores amigos,

Siento la necesidad de agradeceros las cosas que habéis hecho por mí. Me ha llevado muchos años valorar justamente todo lo que habéis hecho. Ahora que me doy cuenta de que hemos pasado muchas cosas juntos, cosas maravillosas y malos tragos, me acuerdo de que siempre habéis estado ahí cuando lo he necesitado.

Fue un día de verano en Marbella, volviendo a casa con Gonzalo desde la playa, y hablando de la vida en general. Sentí en mis pies el calor del verano, y  su olor, que me encanta. Mientras Gonzalo me hablaba de sus historias, me acordé de la suerte que tenía de estar allí.

Siempre atentos, siempre pendientes, estuviese donde estuviese, siempre buscando lo mejor para mi, aunque eso no sea lo mejor para vosotros. Habéis tenido una fe infinita en mí, incluso cuando parecía imposible. Yo soy un cabezota, eso esta claro.

Ser un buen amigo no es fácil, nadie te da un manual de instrucciones, pero dejarme deciros que lo habéis hecho maravillosamente bien. Gracias a vosotros he encontrado mi camino, el cual ni siquiera encontraba no hace tantos años. Ahora tengo un futuro en el que caben todos mis sueños. Habéis hecho mio, todo lo vuestro.

He pasado momentos amargos, que ahora son arrugas, pero compartirlos con vosotros los ha hecho soportables. Sabéis que todo lo que consiga a partir de ahora es vuestro.

Gracias por esos detalles de los que no me doy cuenta, por ese pañuelo de más en mi mochila, por el bocadillo en la maleta, por ese dinero extra que pensaba no iba a necesitar, por la ayuda desde la distancia, por el deseo de corazón de que todo salga bien, por el apoyo incondicional pase lo que pase, por las noches de estudio y paciencia no hace tanto tiempo.

Mis viejos amigos, mis Aitas.


















3 comentarios:

Goligol dijo...

Si dices esto es que tienes mazo idea. ;-)

Anónimo dijo...

Me ha parecido muy buena la reflexión!

Anónimo dijo...

Love the way you write!